En mi Buenos Aires querido, 9 de julio de 19..
¡Malena! ¡Morocha argentina! Morocha de mirar ardiente que en su alma
siente el fuego del amor! Milonguita linda, papusa de charla tanguera, pinta
maleva y boca pecadora color carmín; al cantar volvés otario al vivo, y al
rana, gil:
Hoy me tomé el atrevimiento
de garabatearte estas hojas porque me he sentido poeta y quiero decirte a
vos, pebeta, ¡qué
sos más li nda que el sol! No sé si será pecado confesarte mis
ternuras, o es cargarte sobre el lomo el
peso de otra cruz; lo cierto es que este mundo es sendero de venturas y en ese
sendero oscuro sólo tu amor es mi luz.
Pa’ que sepás, yo soy un taita del barrio “La Mondiola”, un pobre tipo
que nació en un conventillo con los pisos de ladrillo, el aljibe y el parral.
Más tarde, persiguiendo la riqueza,
gambetié la pobreza en una casa de pensión. Yo he vivido dando tumbos,
rodando por el mundo. Aprendí todo lo malo, aprendí todo lo bueno, sé del beso
que se compra y sé del beso que se da. La experiencia fue mi amante mistonga;
el desengaño mi amigo. Mi escuela fue la misma vida, enredada en las figuras de
una milonga. Y, como tus venas tienen sangre de bandoneón, Malena, hoy te
enhebré toda la poesía del tango para expresarte mi amor. Sólo quiero que
comprendas el valor que representa el coraje de querer; advertirte que soy
varón pa’ quererte mucho... varón pa’ desearte el bien... y
recordarte que por tu culpa mi alma está en orsái.
Tus ojos son obscuros como el
olvido, tus labios, apretados como el rencor. Tus manos, dos palomas que
sienten frío, tu voz, el eco de un
dolor, acaso de aquel romance que sólo nombras cuando te pones triste con el
alcohol. Su querer fue flor de un día... Perfume de naranjo en flor, promesas
vanas de un amor que se escaparon con el viento. Fuiste, por
su culpa, golondrina entre la nieve, rosa marchitada por la nube que no
llueve. Como la de Gricel, tu ilusión
fue más frágil que el cristal. Y echaste a rodar por el mundo tu afán de
glorias y besos, y sólo trajiste al regreso, cansancio en el corazón. Con la inocencia de un purrete quisiste ser
un barrilete buscando altura en tu ideal. ¡Y el muy turro te cortó el
piolín! Ahora, con ese derroche de
plata ya no ríes. Tu boquita, donde sangraron rubíes, ya no
besa más. ¡Maldigo toda esa ingratitud que te ha dejado acobardada como un
pájaro sin luz!
Pa’ tu consuelo, quiero
confesarte que a mí también me engrupieron y que llevo en el alma marcado un
dolor. Una chorra bataclana me puso en la miseria, me dejó en la palmera y me
afanó hasta el colchón. En seis meses,
me comió el mercadito, el puestito de la feria, la ganchera, el mostrador. En
la sangre me puso una bombilla, y me serruchó la silla cuando me quise sentar.
¡Con el alma la quería! Que, chiflao por su belleza, hasta le quité el pan a la
vieja... Pero la muy desagradecida, una
tarde muy oronda arregló su bagayito, yo la miré cayadito, mascuyando mi dolor.
No le dije una palabra, ni un reproche ni una queja. Hasta que aquella mañana
se me piantó la Fulana
dejándome amurao. La miré que se alejaba y pensé: ¡Todo acabó!
Y cerré fuerte los ojos, y apreté fuerte los labios, pa’ no verla, pa’ no
hablarle, pa’ no gritarle un adiós. Partió, en lo mejor de mi vida, dejándome el alma herida y espinas en el
corazón, mientras que yo, compungido, me quedé triste en el nido empollando mi
aflicción. Creí que me moría si me
dejaba plantao. Rechiflado en mi tristeza, pegaba cada suspiro, que hasta el
papel de la pieza se despegaba de a poco, hasta quedar descolao... Todo se lo
di, todo lo perdí. ¡No es fácil cortar
los tientos de un metejón cuando están bien amarrados al palo del corazón!
Ya sé, no me digás, tenés
razón: la vida es una herida absurda. Hemos tenido mala suerte, pero hablando
francamente, ¡qué vachaché! ¡El mundo fue y será una porquería, ya lo sé! Vivimos revolcaos en un merengue y en el
mismo lodo los dos manoseaos.
Cada cual tiene sus penas y
nosotros las tenemos... Sé que estás desorientada y, como yo, no sabés qué trole hay que tomar para seguir.
Te entiendo Malena, por eso quisiera borrar con mis besos la pena que puso en
tus ojeras el humo de la hoguera de tu corazón.
Hace varios días que, loco de
contento, vivo en movimiento como un carrusel,
desde que te vi pasar, tangueando altanera, con un compás tan hondo y
sensual que no fue más que verte y perder la fe, el coraje, el hambre, el
guapear. ¡Tu silueta fue el anzuelo donde yo me fui a ensartar!
Por eso te confieso que no
pienso más que en vos a toda hora; que es terrible esta pasión devoradora... Me
la paso siempre rondando en tu esquina, mirando siempre tu casa... las calles y
la luna suburbana y mi amor en tu ventana
empujando por entrar. Y si te veo
coquetona por la calle con tus ojos tan porteños y tu talle cimbrador, me digo:
¡flojo! ¿Pa’ qué andás penando? ¡Flojo! ¡Cantále y viví! ¡Dále, que el mundo es
un carro tirao por los sonsos que quieren así!
Y aquí te estoy cantando en
estos pelpas pa’ que sepás lo que siento. Y te digo que no habrá
ninguna igual, no habrá ninguna, ninguna con tu piel ni con tu voz... tu
piel, magnolia que bañó la luna, tu voz, murmullo que entibia al amor”. ¡No ves que estoy embretao, vencido y maniao
en tu corazón!
¡Vida mía! ¡Cuánto te quiero!
Si hasta apuro el aliento acercando el momento de acariciar felicidá! Noche
y día, quisiera escuchar tu risa loca y
sentir junto a mi boca como un fuego, tu respiración...
¡Con el alma te quiero,
Malena, y algún día tendrás que ser mía, porque estás dentro de mi ser, pedazo de mi vida, sos la
ilusión querida que nunca olvidaré! ¡Y pensar que desde hace poco tiempo sos mi
locura! ¡Y qué ahora llegaría hasta la traición por tu hermosura! ¡Decí, por
Dios, qué me has dado que estoy tan cambiado, no sé más quién soy! Si me faltan
tus canciones, tus consuelos, tus ternuras... ¿qué me queda ya a mis años, si
en mi vida está tu amor?
Ven, pues ¡te quiero tanto!
Que si no vienes hoy voy a quedar ahogado en llanto. Estás clavada en mí, ten
siento en el latir abrasador de mis sienes.
Atado a tus encantos de mujer, sé
que nunca más podré arrancar de mi pecho este querer. Así te quiero, dulce vida de mi vida, Así te
siento, solo mía, siempre mía. ¡Te juro que mi amor es eterno!
Campaneá que la vida se va.
Ven, sin mirar atrás, porque las horas
que pasaron ya no vuelven más.
Ven, y felices recorramos
caminitos bordeados de trébol y juncos en flor y, los dos prendidos de la mano
bajo el cielo de verano que partió,
cantando nuestro amor bajo el
burlón mirar de las estrellas que con indiferencia nos verán pasar.
¡Sé
buenita! Decí que sí, papusa del barrio Latino, que he alquilado un cotorrito
en el centro, pa’ los dos. Está en Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso,
ascensor... Hay de todo en la casita:
almohadones y divanes, como en botica, cocó; alfombras que no hacen ruido y
mesa puesta al amor... una cama que
tiene acolchado y cortinas muy largas pa’ que no moleste el sol. También hay en el bulín aquellos lindos frasquitos,
adornados con moñitos todos del mismo
color. ¡Aceptame! Quiero que tu presencia de bacana ponga calor en mi nido.
¡Pucha! ¡Qué brujo es el amor!
Y
aquí, sentao en este cafetín de Buenos Aires, fumando espero que me digás que
sí. Tengo el resto de la vida pa’ esperarte.
Pero si la Parca
me encana antes de que llegue tu
respuesta, sobre esta gastada mesa, ebrias de amor y bandoneón, te dejo
las cenizas de mi pobre corazón.
A sus gratas órdenes, el
taita Julián.
PD: ¡Atenti, pebeta, seguí mi consejo;
yo soy zorro viejo y te quiero bien!
BIBLIOGRAFÍA DE LOS TANGOS DE LOS QUE SE USARON ALGUNAS ESTROFAS EN LA CARTA
“A media luz” Lenzi –
Donato
“Adiós muchachos” Vedani – Sanders
“Afiches” Expósito – Stamponw
Amurado De Grandis – Laúrenz
“Anclao en París” Cadícamo -
Barbieri
“Arrabal amargo” Le Pera –
Gardel
“Atenti pebeta” Flores –
Ortiz
“Badoneón arrabalero Contursi –
Deambrogio
“Cafetín de Buenos Aires” Discépolo - Mores
“Cambalache” Discépolo
“Caminito” Peñaloza – de Dios
Filiberto
“Ché bandoneón” Moriz – Troilo
“Ché papusa, oí” Cadícamo –
Matos Rodríguez
“Chorra” Discépolo
“Cristal” Contursi – Mores
“Cuesta abajo” Le Pera –
Gardel
“De todo te olvidas” Cadícamo – Merico
“Desencuentro” Castillo –
Troilo
“El bulín de la calle Ayacucho” Flores – Hermanos Servidio
“El que atrasó el reloj” Cadícamo – Barbieri
“En esta tarde gris” Contursi – Mores
“Esta noche me emborracho” Discépolo
“Fangal” Discépolo - Expósito
“Fuimos” Manzi – Danes
“Fumando espero” Garzo
“Garufa” Fontaine – Soliño –
Collazo
“Gricel” Contursi – Mores
“Justo el treinta y uno” Discépolo – Rada
“La cumparsita” Contursi –
Maroni – Matos Rodriguez
“La mina del Ford” Contursi –
Maroni- Scatasso- del Negro
“La morocha” Villoldo – Saborido
“La pulpera de Santa Lucía” Blomberg – Maciel
“La última curda” Castillo –
Troilo
“Las cuarenta” Froilán –
Grela
“Lloró como una mujer” Flores – Aguilar
“Los mareados” Cadícamo –
Cobián
“Madame Ivonne” Cadícamo –
Pereyra
“Mala suerte” Froilán
- Lomuto
“Malena” Manzi – Demare
“Malevaje” Discépolo – de Dios
Filiberto
“Mano a mano” Flores –
Gardel –Razzano
“Mi Buenos Aires querido” Le Pera – Gardel
“Mi noche triste” Contursi –
Castriota
“Milonga sentimental” Manzi – Piana
“Misa de once” Tagini –
Guichandut
“Muchacho” Flores – Donato
“Muñeca brava” Cadícamo –
Visca
“Naranjo en flor” Hermanos Expósito
“Ninguna” Manzi – Fernandez Siro
“Nostalgias” Cadícamo – Cobián
“Nubes de humo” Romero – Jovés
“Pa’ que sientas lo que siento” Salgán
“Pasional” Soto – Caldara
“Qué me van a hablar de amor” Expósito – Stampone
“Qué vachaché” Discépolo
“Rondando tu esquina” Cadícamo – Charlo
“Si soy así” Botta – Lomuto
“Siga el corso” García
Jiménez – Aieta
“Sueño de barrilete” Blázquez
“Sur” Manzi – Troilo
“Tarde” Canet
“Tengo miedo” Flores –
Aguilar
“Ventanita florida” Amadori –
Delfino
“Vida mía” Fresedo
“Volver” Le Pera – Gardel
“Volvió una noche” Le Pera – Gardel
“Whisky” Marcó
“Yuyo verde” Expósito - Federico
“9 de julio” Padula
PASIONES - CARTAS DE AMOR
Editorial Cáthedra - BUE - 2003
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"Tango" SALVADOR DALÍ "Tango pasión" 1993 - RICARDO CARPANI |